Barcelona, 1967
Ha sido fotógrafo desde 1990 hasta 2018 del diario La Vanguardia, rotativo del que fue redactor en jefe de la Sección de Fotografía. Paralelamente a su trabajo en La Vanguardia, ha realizado diferentes proyectos personales que han sido galardonados en certámenes como World Press Photo, Sony World Photography Awards, Poy Latam, Premio Agustí Centelles de fotoperiodismo, etc. También ha publicado en revistas internacionales.
Actualmente, combina su trabajo de fotoperiodista y videógrafo con diferentes proyectos periodísticos.
Cuando el 14 de marzo de 2020 se declaró el Estado de Alarma en España a causa de la expansión del virus Covid 19, la sociedad se sumergió en un estado de confinamiento y empezó a vivir bajo un estado definido por el Gobierno cómo “Nueva Normalidad”. El país entero se paró, las personas quedaron recluidas en sus casas, las ciudades adoptaron un aspecto fantasmal sin vehículos ni personas transitando por sus calles mientras los fallecidos morían en soledad en las UCI de los hospitales. Poco a poco aprendimos el uso una máscara sanitaria, el alcohol hidroalcohólico y respetar la distancia social de seguridad.
Tan pronto cómo estalló esta situación decidí quedarme en el pueblo donde vivo, El Prat de Llobregat, y contar lo que sucedía alrededor de mi casa. El virus no iba a diferenciar entre territorios y consideré importante quedarme en mi lugar para contar cómo afectaba esta pandemia a su parque agrícola, a sus gentes, sus sanitarios haciendo visitas domiciliarias, sus noches vacías iluminadas por las cruces verdes de las farmacias de guardia, los entierros en soledad, etc. También contar cómo la vida se adaptaba a toda esta crisis sanitaria y cómo se progresaba a medida que avanzaban los meses con una Navidad extraña, la llegada de las primeras vacunas, o la celebración de un referéndum celebrado bajo estrictas normas de seguridad.