Mariposas negras

Manu Brabo

1981. Estudia arte y se especializa en fotografía en el año 2003. Comienza su carrera como fotoperiodista en el año 2007 en Kosovo. Desde entonces Manu ha utilizado la fotografía para contar la violencia del hombre contra el hombre y sus consecuencias. Honduras, Salvador, Libia, Siria, Iraq, Haití o Ucrania entre otros se han llevado gran parte su vid fotografiando para medios como Wall Street Journal, con quien trabaja actualmente, o agencias como The Associated Press, ONG’s como Médicos Sin Fronteras o fundaciones como The Welcome Trust
En su carrera ha sido galardonado con numerosos premios internacionales entre los que se cuentan el Pulitzer (2013) Picture of the Year en 5 ocasiones o los premios de la Prensa Británica.
Su trabajo ha sido expuesto colectiva e individualmente en los festivales y centros fotográficos más importantes de Europa y EE.UU. En 2017, junto a National Geographic, crea una retrospectiva “Un día Cualquiera” expuesta en Madrid y Barcelona.

Mariposas negras

Cuando Vladimir Putin declaró el inicio de la “Operación Especial” contra Ucrania, pocos de los que estábamos allí creíamos que nos enfrentábamos a una guerra a gran escala. Los que llevamos cubriendo el conflicto desde 2014 habíamos visto, en ocasiones, una arrogancia similar. Como mucho esperábamos combates más duros por la región del Donbas.

Sin embargo, no me equivoqué en una cosa: juzgar la determinación y el coraje del pueblo ucraniano, ni la respuesta de sus FFAA.

Tampoco me sorprendió la falta de principios del ejército Ruso y sus ataques contra la población civil. Afganistán, Chechenia o Siria ya eran ejemplos de sus atrocidades.

“Mariposas Negras” es el nombre que dan los soldados a las cenizas que salen y vuelan desde las casas incendiadas durante las batallas.

En mis más de diez años como fotógrafo de conflictos sólo en siria he visto tantos ataques, y tan generalizados, contra zonas residenciales hospitales y objetivos civiles.

Esta estrategia está diseñada para masacrar y desplazar a los ciudadanos y minar su moral. Y forma parte de un plan de limpieza étnica expresado abiertamente por políticos y periodistas de la Federación Rusa.